Lo más duro para una madre, para un padre, es pensar que ha hecho algún daño a su hijo. Pero lo que verdaderamente le hará daño a tu hijo, a tu hija es que repitas el daño indefinidamente. Por eso, reconocer que somos personas y erramos, nos ayuda a crecer con nuestros hijos e hijas...
Esta es una de las tantas frases que cada día aparecen en mi facebook. La intención de estas frases es dar apoyo a los padres y madres cada día. Y una de las situaciones más duras en la relación con los hijos e hijas, tengan la edad que tengan, es que te digan: "esto que hiciste fue un error tremendo". Pero sobre todo si ese error ha tenido efectos negativos y duraderos en la vida de tu hijo-hija.
Conozco el caso, de una madre y un padre, que permitieron que su hijo estuviera desde primero hasta quinto de primaria sin recreo. Literalmente, cada día sin recreo. Hoy ese hijo tiene más de 30 años, y la madre y el padre saben que se equivocaron. Sin embargo al hijo no se lo han dicho, porque creen que eso no servirá de nada.
El día 15 de octubre, estoy en radio Gáldar, a través del teléfono. Es una oportunidad para reflexionar en las relaciones humanas, y sobre todo en las más cercanas, las que tenemos con las personas más queridas, y a veces más odiadas: nuestra familia más cercana. Te invito a poner comentarios aquí... así tomaré en cuenta lo que queréis preguntar, y lo que les preocupa, y hablaré de ello en el programa...
Un saludo cariñoso
Teresa.
Mi hijo siempre ha sido demasiado consciente de peligro, cuando digo siempre es desde bien pequeñito, no saltaba por miedo a caerse, no le gustaban los toboganes, ni escalaba ni trepaba como otros niños, caminaba con cuidado mirando bien siempre donde pisaba y era incapaz de saltar ni un escalón.
ResponderEliminarSiempre he pensado que nunca le he inculcado miedos a mi hijo, simplemente que él era así y que yo intentaba animarlo y darle seguridad sin obligarlo nunca y no lograba comprender por qué esos miedos tan profundos, de repente lo entendí, mi hijo tiene miedo a morir, mi hijo cuando estaba en mi vientre tuvo que proteger su vida y sentir como yo dudaba entre tenerlo o no y no es el error de haberlo ocultado y negado, es el no haberlo hablado con mi hijo lo que más pesaba en mi consciencia y lo que más difícil le ha hecho a él el camino.
Pero ya me he quitado la culpa de encima, ahora pienso que aunque todo afecta, todo se supera también, que no podemos vivir la infancia de nuestros niños estancada en la culpa de no haber tenido el parto soñado, en la lactancia frustrada o en los errores cometidos, yo me he perdonado, si, me equivoco pero aprendo de la mano de mis hijos y corrijo mis errores.
Besos